Un conjunto de relatos que reúne a autores noveles y conocidos unidos por un denominador común: la alergia al final feliz.
Dice José Ovejero en el
prólogo de esta antología que siempre le han gustado los relatos
que “nos hacen cambiar, si no de vida, sí de postura”. Se acabó
la literatura con final feliz, donde los protagonistas ven cumplidos
sus sueños y comen perdices. La escritura imita a la vida, y la vida
es agridulce, las puertas se atascan, los cordones de los zapatos se
rompen, o alguien falta a una cita por culpa de un resfriado.
Para conjurar el
optimismo literario, Incómodos (RELEE) reúne a voces
diferentes del ámbito nacional. Unos resultan desconocidos para el
gran público, mientras que otros les sonarán, como es el caso de
Isabel Cañelles, que aparte de cerrar el libro con un magnífico
relato, es la encargada de esta red de talleres y editorial.
Los temas que tocan los
autores son variopintos, aunque me ha llamado mucho la atención que
varios relatos coinciden en el tema de la guerra, tanto las mundiales
como la Guerra Civil española. Pero junto a este tema recurrente,
también encontraremos historias de infidelidades, de padres que
juegan con sus hijos a matar marcianos, de escritores invitados a
bodas con seres extraños, de floristas obsesionados con chicos
adolescentes, de accidentes de coche que suceden eternamente, de
maternidades imposibles o desdichadas, de hermanos que comparten
oscuros secretos o de casas inundadas y mujeres desaparecidas.
Los autores que conforman
esta antología son los siguientes: Cristina Barba, Vicente Fernández
Almazán, Jaime Madrid, Ángel Corgo Cabana, Diego Rinoski, Leticia
Rodríguez Melián, Emma Prieto, Juan Guillermo Munera, Kike Parra,
Almu Ballester, Iván Sáiz Gutiérrez, Julio Rodríguez Díaz,
Isabel Cañelles, Laura Rodríguez Galindo, Óscar Velosillo
González, José Sáinz de la Maza, Nacho Viñuela, Joana Delgado
Casanovas, María Bellido, Óscar Amador Vicente, Rosa Márquez de la
Orden, José Jesús García Rueda, Juanjo Valle-Inclán y Adela
Iglesias. De ellos, algunos han publicado ya, otros son noveles, pero
sin duda han elaborado relatos muy dignos.
Quizás mis preferidos
hayan sido Selenitas por todas partes, de José Jesús García
Rueda, Fregaderos, de Vicente Fernández Almazán, ¿Por
qué hay tréboles de cuatro hojas? (Óscar Velosillo González)
y Pensé que era alérgica al sonido de la balalaika, de
Isabel Cañelles. Esto no quiere decir que los demás sean peores, ya
que el nivel es bueno y todos los relatos tienen ese halo inquietante
que hará que después de leerlos, no se los pueda quitar de la
cabeza.
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