“Cómo dejar de escribir” de Esther García Llovet

Una novela ambientada en Madrid, profundamente anárquica e iconoclasta. 



Renfo es un joven que vive en una zona adinerada de Madrid: los alrededores de la Avenida de Alfonso XIII, cerca de López de Hoyos y en los aledaños del estadio Santiago Bernabéu. También es el hijo de Ronaldo, escritor fallecido cuyas obras recibieron un gran reconocimiento de crítica y público. Mientras intenta escribir una biografía sobre su padre, también acude con sus amigos VIPS y Curto a fiestas privadas en casas de gente que no conoce, mientras intenta darle un sentido a su vida y darse a conocer a una misteriosa chica. Pero la aparición de su abuelo, a quien creía desaparecido, le dará una nueva dimensión a las cosas.

Renfo, el protagonista, es un chaval en la veintena que se aburre. Y hay que reconocer que Esther Garcia Llovet ha creado una magnífica novela con el aburrimiento de fondo, tema del que autores como David Foster Wallace han elevado a la categoría de arte. En ocasiones puede recordar al José Ángel Mañas más trasnochado de Historias del Kronen, pero con una mayor contención. Los personajes también se asemejan a la juventud perdida de Bret Easton Ellis en sus primeros libros como Menos que Cero. Falta, no obstante, ese punto de exceso y borrachera, que Esther García Llovet sustituye por la melancolía.

Los personajes son similares a satélites que no dejan de orbitar alrededor de un mismo recorrido: Padre Damián, el Paseo de la Castellana, los chalets aledaños a la Avenida de Alfonso XIII o la zona más pija del Bernabéu. Beben, sufren de resaca, y amanecen un día más buscando algo, algo que llene su vida vacía o que al menos les haga aguantar en pie unas cuantas horas más.

La ciudad, o al menos los citados barrios, se erigen como un telón de fondo en el que situar la desesperanza del personaje principal, su cinismo, su falta de expectativa. La M-30 es como una herida gigante que divide en dos la ciudad y que con su feísmo ayuda a resaltar la belleza de otros edificios madrileños, como la piscina Stella, un sueño natatorio con vistas a la autopista, o el Alcampo de Pío XII, que antes era un Jumbo y que para muchas personas del barrio se ha quedado con el nombre antiguo.


Cómo dejar de escribir (Editorial Anagrama) es la historia de una búsqueda infinita, una pescadilla literaria que se muerde la cola, porque no hay nada más difícil que enfrentarnos al folio en blanco ni a lo que los muertos esperan de nosotros.  

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